Siempre que preparas un Marathón tienes en mente tu carrera perfecta.Salida limpia, temperatura de 15 grados, el cielo nublado pero sin lluvia,y el recorrido plano. Sueñas con que en el kilómetro 35 no ves a ningúnhombre con un mazo y que tiras de un grupo con una fuerza propia de losprimeros kilómetros. La llegada siempre es lo más emocionante, te imaginasque terminas en un estadio olímpico con una gran marca y que la gente teaplaude a rabiar.
Todo esto es lo que sueñas, pero la realidad siempre es diferente.Desplazarse a 500 km de Madrid para buscar un recorrido plano y con buentiempo, parece ser que no es suficiente. Pese a que el hombre del tiemponos ha engañado desde tiempos de Mariano Medina, esta vez acertó. Y acertóde pleno; lluvia, y más lluvia.
Ninguno de los que estábamos allí podíamos presagiar el día que hizo ayeren la capital Andaluza. Podíamos pensar que lloviese, pero nunca de lamanera en que lo hizo. Y jamás que saldríamos con 7 grados de temperatura yacabásemos con 4. Y lo peor de todo; aire y en algunos tramos granizo... Sepuede pensar que estoy exagerando, pero todo el que estuvo allí puede darfe de que no miento.
Nosotros nos levantamos a las 6:30 de la mañana. Javi, mi compañero deentrenamientos , y un servidor estábamos muy concentrados para hacer ungran Marathón. Cuando vimos el cielo, pensamos que teníamos que correr conmuchísima cabeza de lo contrario lo pasaríamos muy mal.Se dio la salida a las 9:00 en punto y allí llovía a mares. Salimosdespacio y tranquilamente.
Allí estuvimos durante unos cuantos kilómetros tirando de un grupo de unos20 componentes. Hablábamos entre nosotros y nos damos confianza parahacerlo bien. Sabíamos que Mamen (la novia de Javi) estaba con Nacho y otrosamigos en diferentes puntos del recorrido para animarnos.
Pasaban los kilómetros y los charcos que en principio intentábamos salvar,ahora eran pisoteados. Sobre el kilómetro 12 un miembro del grupo se fuehacia delante, yo no me moví del grupo, no iba todo lo fino que quería,todavía no se me habían soltado laspiernas. Seguimos a ritmo y pasamos la media en 1h:27:25. Muy tranquilos,pero preocupados por el frío y el aire.En el kilómetro 27 comenzó a granizar, nuestras cabezas ya estabanpreparadas para todo. Por suerte solo duro unos segundos. Un poco másadelante comenzamos a notar que mucha gente no llevaba buena cara ...
Llegamos al kilómetro 30 y teníamos detrás nuestro a dos grupos que sehabían juntado. Seguíamos siendo entre unos y otros unos 20 componentes. Yome mosqueé con alguno de ellos porque no pasaban ni una sola vez arelevarnos, y nosotros nos llevábamos todo el aire de cara, con el desgasteque eso supone. Pero fue precisamente aquí donde sabía que aquí íbamos ahacer un gran Marathón. Las piernas iban muy bien y no notaba nada decarga. Por atrás nuestra amiga Isabel iba a gran ritmo comandando ungrupo de otros 20 componentes en el que tampoco pasaba nadie al relevo. Logritos de la gente animándola e increpando a los supuestos "hombres", nohicieron que estos pasasen a relevarla.
A partir del kilómetro 34 Javi y yo dinamitamos el grupo, simplementemanteniendo el ritmo fuimos haciendo una selección de intregrántes hastaquedarnos solos en el kilómetro 37. Del 37 al 38 vimos al componente delgrupo que se había escapado en el kilómetro 12,tampoco llevaba buena cara.Le dije que se pegase a nosotros pero me dijo que iba lesionado que teníaun dolor en el gemelo. Seguimos Javi y yo, yaquí empezamos a adelantar a muchísimas personas. La gente iba andandotiritando de frío, muchos con calambres y otros simplemente destrozados.Nosotros seguimos a ritmo hasta meta. La entrada al Estadio fueimpresionante. Entrar con tu compañero de entrenamientos juntos después deldía que hizo y en un Marathón , no tiene precio. Nuestro tiempo fue de2h:56m:30sg ¡¡¡ Estábamos en una nube !!.
Por atrás llegaba nuestra amiga Isabel. La pobre lo pasó francamente mal,tuvo que pararse varias veces que le hizo hacer peor marca de la que podíahaber hecho. Aún contodo quedó tercera de su categoría y cogió copa y premio. ¡¡ Es unaCampeona !!.
Javi y yo terminamos en el puesto 147 , que es un gran puesto. Prueba de ladureza de la prueba fue el tiempo del ganador: 2h:22m:15. El año pasado elganador había hecho 2:11:45 ... Y sobre todo las hipotermias y las ambulancias llevándose a lagente. Todos, absolutamente todos no podíamos quitarnos los chips nidesabrocharnos las zapatillas. Ni tan siquiera quitarnos la ropa. Los tembleques y castañeteos de dientes fue algo generalizado en la llegada delos que no nos libramos ninguno.Nuestro primer Marathón con la nueva camiseta de la AD Km42 no podía sermejor. Quizás este fué el mejor regalo y la mejor forma de agradecer a lapersona que ha guiado nuestros entrenamientos durante los últimos años ...
Fernando Moreno. Socio de la A.D. Kilómetro 42 desde Madrid.
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